1. La diferencia entre la preparación y no estar preparado/a es enorme.
Además de conocer las canciones y aprender la letra, sacar tiempo para preparar mi corazón delante de Dios es lo más importante. Ese tiempo permite que el Espíritu Santo hable, ponga un verso en mi corazón y me de ideas.
2. Recibe sugerencias constructivas.
Escucho a quienes me rodean que han estado haciendo esto por más tiempo que yo. Quiero llevar al pueblo a la adoración de la mejor manera posible. Yo no lo sé todo y necesito mantenerme humilde y enseñable.
3. Ten un plan.
Si no toco un instrumento, agarro al director musical o un músico y juntos averiguamos en las claves de las canciones que elegí, así como los posibles momentos creativos que pueda tener. De esa manera tengo un plan que se ha practicado, pero también tengo la flexibilidad de cambiar si siento que es necesario.
4. Tener una opinión.
Especialmente si eres ayudante o asistente del líder de adoración. Cuando el líder o director de adoración me pregunta qué crees de una canción, doy una idea y procuro tener algo que aportar. Podrías tener una gran idea que a nadie se le ha ocurrido todavía.
5. Verifica la lista de canciones con otra persona.
Siempre busco una segunda opinión de mi lista, sólo para asegurarme de que es lo suficientemente fuerte y relevante. Esto puede significar que necesite adaptar una lista de canciones a un servicio específico y luego retocarla un poco para el siguiente servicio.
6. No te esfuerces por cumplir un logro, pero tampoco te eches para atrás.
Sé un líder con la autoridad que te han dado. Sí, hay un peso espiritual en la responsabilidad que tenemos de llevar al pueblo a la presencia de Dios, pero dirige con valentía sabiendo que el/la pastor/a te ha dado la plataforma y la confianza.
7. Vas a experimentar un desastre total, pero vas a estar bien.
Un amigo cercano y mentor me dijo que me iba a pasar y a la semana sucedió. No te estreses, mantente humilde y aprende de la situación. Además, estas situaciones hacen buenas historias y chistes.
8. Observa, escucha y aprende cada vez que puedas.
Nunca nos graduamos de aprender.
9. Tu servicio principal a la iglesia es llevarlos a la presencia de Dios.
No pienses ni por un segundo que dirigir la adoración es tu momento de brillar, o predicar. Si contribuye con el sentido de la liturgia y aporta a la adoración, entonces sí, pero si desvía, distrae o repite innecesariamente el mensaje que al ser basado en el evangelio de Jesús es completo, no lo hagas.
10. Se tú mismo/a.
Eres único/a y Dios habla a cada uno de nosotros de manera diferente. Dios te ha llamado y te ha puesto en esa responsabilidad, así que se líder partiendo de tu llamado.
* Smith es líder del equipo creativo de Hillsong. Para más información acerca de ella o del artículo, visite el enlace: http://new.hillsong.com/collected/blog/2014/09/10-things-ive-learned-about-worship-leading/#.VeR2jvlVhBf
** Michelle Maldonado es la Directora Asociada de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615)742-5775 o por el mmaldonado@umcom.org