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Un rayo de luz en medio de las nubes del pesimismo

Foto de Aakanksha Panwar, Unsplash.
Foto de Aakanksha Panwar, Unsplash.

¿Se siente acorralado o acorralada por las corrientes desalentadoras y las circunstancias desafiantes que definen a la iglesia de hoy? Sufrimos de varias cosas: clero que envejece, luchas denominacionales, disminución de la asistencia promedio a los servicios de adoración, las preocupantes tendencias en las ofrendas y el surgimiento de los “Nones”.

He gastado mucha tinta alertando a los líderes de la iglesia respecto a estas corrientes y otras más. Pero recientemente he empezado a darme cuenta de algunos rayos de luz escondidos en las nubes del pesimismo. Estos rayos de esperanza no eliminan las tendencias generales que siguen exigiendo nuestra atención, pero ofrecen algunas claves positivas para movernos hacia adelante y nos entregan una dosis modesta de optimismo para mantenernos a flote mientras navegamos las tormentosas aguas.

  1. Hoy en día menos gente asiste a la iglesia impulsados por un sentido de obligación o convención social
    El que menos gente asista a la iglesia los domingos indica que aquellos que asisten lo hacen a causa de un interés, necesidad o compromiso genuino. Menos gente asiste a la iglesia a causa de sentirse obligados. Aunque no debemos contentarnos con solo predicarle a los que están interesados de verdad, debemos preguntarnos “¿Cómo podemos edificar sobre la fortaleza de tener un más alto porcentaje de gente motivada y comprometida en nuestras bancas?”
  2. Se desmoronan algunas de las narrativas falsas en cuanto a la declinación de la asistencia a la iglesia 
    En las décadas de 1980 y 1990, parecía que las iglesias históricas progresistas declinaban, mientras que las mega-iglesias conservadoras parecían experimentar un auge. Mucha gente decía que esto se debía a la teología liberal y al activismo social. Pero las cosas lucen diferentes ahora que los evangélicos y católicos de los Estados Unidos experimentan un claro declive en la asistencia al servicio de adoración. Claro que esto no es nada bueno, pero nos ayuda a ver la tendencia a no asistir a la iglesia a través de lentes culturales más amplios, tales como la secularización y la disminución de la tasa de natalidad, realidades que impactaron a las iglesias históricas antes que a otros sectores de la iglesia americana. Esto levanta la pregunta: “¿Cómo nos puede ayudar a centrarnos en nuestras fortalezas únicas, si ponemos de lado las narrativas falsas?
  3. Algunas personas fuera de la iglesia son más religiosas de lo que pensamos
    Aunque un creciente segmento de la población no tiene afiliación religiosa, no todos son completamente seculares. La organización Pew Research Center (Religion and the Unaffiliated, Pew Research Center, October 2012) encontró que de los llamados “Nones”, dos tercios creen en Dios, uno de cada cinco ora todos los días, y un tercio se clasifica como espiritual pero no religioso. Es una tentación descartar a la gente que no asiste regularmente a la iglesia como irreligiosa o indiferente espiritualmente, pero muchos podrían estar abiertos a las experiencias espirituales. Algunos tienen profundas memorias religiosas que los conectan a ciertas tradiciones de la iglesia. De modo que, la pregunta es: “¿Cómo nos podemos conectar con estos impulsos espirituales y ayudar a la gente a que recuperen sus memorias religiosas antes de que desaparezcan por completo?”
  4. Al envejecer, algunas personas se vuelven más religiosa 
    Otra vez, el Pew Research informó el año 2018 de que “el apego a lo religioso tiene la tendencia a fortalecerse en la adolescencia, declinar durante la edad adulta joven y media, para volver a aumentar en la edad adulta tardía” (Why do levels of religious observance vary by age and country? Pew Research Center, June 13, 2018). Citan otros estudios que indican que la gente que se jubila tiende a asistir con más frecuencia a la iglesia. Aunque hay muchos otros factores que considerar aquí, los que he mencionado levantan la pregunta: “¿Cómo podemos ayudar a los Milenarios a encontrar un camino de vuelta a la iglesia a medida que envejecen?
  5. Los americanos todavía tienen una opinión positiva acerca del papel que la religión debe jugar en la sociedad
    El año 2019, el Pew Research emitió otro estudio sugiriendo que los americanos todavía creen que la religión es una fuerza para el bien, pero quieren que la religión se mantenga fuera de la política (Americans Have Positive Views About Religion’s Role in Society). El 55% dice que las iglesias y organizaciones religiosas hacen más bien que mal; 53% afirma que las organizaciones religiosas fortalecen la moralidad en la sociedad; el 50% afirma que la religión une a la gente; y más de cuatro de diez adultos se sienten preocupados de que la influencia de la religión disminuye en la vida de América. En cuanto al área de la política, la gran mayoría cree que los grupos religiosos deberían mantenerse fuera de la política, especialmente la política electoral. Esto nos lleva a pregunta: “¿Cómo podemos capitalizar en lo que la gente de buena voluntad siente en cuanto a la religión para moverlos a participar en la vida religiosa?
  6. Las iglesias todavía tienen la ventaja del “equipo local” cuando se trata de las donaciones
    En los últimos 30 años, las donaciones a causas religiosas han declinado grandemente como porcentaje de las donaciones totales que se hacen a las causas de caridad. No obstante, las donaciones a las causas religiosas, que el año 2018 llegaron a los $124.52 billones, es todavía el sector más grande, llegando al 29% del total (Giving to Religion in 2018). Además, el Lake Institute on Faith and Giving (National Study on Congregations’ Economic Practices, 2019) encontró que las entradas de las congregaciones subieron un 48% en comparación con los tres años pasados. Las iglesias todavía tienen la gran ventaja de ser el “equipo local” en comparación con otras organizaciones sin fines de lucro, porque interactúan cara a cara con los donantes. La pregunta es: “¿Cómo pueden las iglesias usar esta ventaja en lugar de perderla?

Ninguno de los hechos aquí discutidos sugiere que las iglesias están libres de preocupación. Pero levantan preguntas importantes en cuanto a cómo las congregaciones pueden usar esta capacidad de persistir para moverse más allá de las presentes circunstancias desafiantes.


Ann A. Michel es directora asociada del Lewis Center for Church Leadership of Wesley Theological Seminary, y enseña en las áreas de mayordomía y liderazgo. Este artículo apareció originalmente en Lewis Center for Church Leadership, 4 de marzo del 2020. Publicado con permiso.

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