Introducción
En mayo de 2023 CNN en español alabo al futbolista argentino Messi de la siguiente manera:
“Su carrera está plagada de éxitos, distinciones y de actuaciones sublimes. Partido tras partido, semana a semana, año tras año, el fenómeno descomunal de Messi no se ha detenido. Su voracidad competitiva, su tesón y su espíritu amateur consumieron hazañas que han enamorado a hinchas de todas las camisetas dado su hechizante prodigio futbolístico”.
No solo en la vida vemos personajes que son alabados, sino en la Escritura encontramos muchos ejemplos de alabar. Inclusive, Nehemías nos enseña algo particular y relevante sobre este tema.
Lectura Bíblica:
“Los jefes de los levitas eran Jasabías, Serebías y Jesúa, hijo de Cadmiel. Cuando les llegaba el turno de servicio, sus parientes se colocaban frente a ellos para la alabanza y la acción de gracias; un grupo respondía al otro, según lo establecido por David, hombre de Dios”.
Fundamento Bíblico
Este pasaje hace referencia al orden de adoración que estableció el rey David. Como buen adorador que era, David sabia la importancia de la alabanza a Dios, de hecho, el mismo David había ordenado hacer instrumentos para la alabanza a Dios.
A través de la Escritura encontramos que la alabanza a Dios es reconocer los atributos de Dios. 2 Crónicas 5:13 (NVI) dice “Los trompetistas y los cantores alababan y daban gracias al Señor al son de trompetas, címbalos y otros instrumentos musicales. Y, cuando tocaron y cantaron al unísono: «Él es bueno; su gran amor perdura para siempre»”. El pueblo en este ejemplo, estaba reconociendo que Dios era bueno, este era el atributo, alababan a Dios porque Dios es bueno. También encontramos otro atributo de Dios, su amor es para siempre. Entonces, la alabanza no solo se trataba de cantar afinados, dirigidos por un buen director o teniendo la mejor técnica vocal, pero algo importante era reconocer quien Dios era para el pueblo, y esto se manifestaba en una forma musical.
Ahora, algo que encontramos en la Escritura es, la relación de la alabanza y la acción de gracias. Hay muchos pasajes en la Escritura que muestran que la alabanza y la acción de gracias van de la mano. De manera que, cuando el pueblo reconocía que tenían un Dios bueno, recordaban las bondades de Dios, bondades que ellos mismo habían vivido, nadie les había contado, de manera que había gratitud en ello. Por eso, una relación muy evidente es cuando el pueblo alababa, en muchas ocasiones involucraba acción de gracias.
Fundamento Practico
Durante esta temporada de Acción de Gracias, le animamos a usted y a su congregación a reflexionar sobre la gratitud con esta serie devocional de cuatro partes durante su próximo estudio bíblico.
- Parte 1: Un procesional de agradecimiento
- Parte 2: Agradecidos en toda situación
- Parte 3: Alabar es dar gracias
- Parte 4: Ofrecer es agradecer
He escuchado de muchas personas que, una de las razones por las que se establecen en una iglesia es por la alabanza. De hecho, una pregunta que yo hacía regularmente en mis inicios de ministerio a visitantes era: “¿Qué fue lo que le hizo quedarse en nuestra iglesia?” Interesantemente algunas de sus respuestas no fueron el sermón o la gente, sino el tiempo de alabanza.
Y es que la alabanza es un tiempo especial en el servicio de adoración a Dios, es en ese momento que recordamos los atributos de Dios al leer las letras de los cantos proyectados en la pantalla, es ahí que a través del canto reconocemos los atributos de Dios que hemos leído en las Escrituras. Pero algo importante que sucede es cuando al cantar “porque bueno es Dios” este atributo de Dios nos transporta al momento en nuestras vidas en que experimentamos la bondad de Dios. Es cuando nuestra alabanza se vuelve viva por la experiencia propia que surgen de nosotros una acción de gracias. En palabras de un conocido pastor de adoración “No es lo mismo cantar que Dios es un Dios de amor cuando hemos experimentado el amor de Dios a cuando no hemos experimentado el amor de Dios”.
Este fue el caso de una adolescente que en una sesión con su coach de adoración le toco practicar el canto “El gran yo soy”. Este canto la remontó a un domingo en el que su padre biológico había abandonado a ella y a su madre. “Cuando llegué a la iglesia ese día, estaban cantando esa adoración, y ahora que la canto recuerdo que Dios es un Dios grande porque él nunca nos abandonó, por eso le doy gracias y canto para él”.
Aunque estoy hablando de como el tiempo de alabanza en un servicio nos ayuda en nuestro agradecimiento, me es necesario hacer un punto de clarificación. Pues no tenemos que esperar o limitar nuestro agradecimiento a un tiempo de alabanza en un servicio. Usted en el día a día, en su casa, auto, o al reunirse con familia y amigos, puede reconocer los atributos de Dios alabándolo y agradeciéndole.
Preguntas
- ¿Qué atributos de Dios conoce usted?
- ¿Cuáles de estos atributos de Dios usted ha experimentado?
Conclusión
Es cierto que en ocasiones alabamos a Dios porque es parte del servicio de adoración, pero, es cuando reconocemos los tributos de Dios que hemos vivido y experimentado que podemos dar gracias. Así que, la próxima vez que se encuentre alabando a Dios, piense en esos atributos que esta cantando, y de gracias por la manera en que lo ha visto obrar en su vida.
El Rev. Dr. David Rangel es pastor en la Conferencia Norte de Texas de la Iglesia Metodista Unida. Obtuvo su Maestría de Divinidades y su Doctorado en Ministerio de la Escuela de Teología Perkins de Southern Methodist University. Además del pastorado, dirige su propio grupo coaching Momentum el cual entrena a pastores e iglesias en el tema de predicación, discipulado, liderazgo y estrategias ministeriales. Tambien se unió a la facultad de maestros de la Escuela Regional del Curso de Estudio de la Escuela de Teología Perkins. Está casado con su esposa Liliana desde el 2011, y juntos tienen dos hijas, Emma Olivia y Camila Michelle. Sus dos pasajes favoritos son Jeremías 29:11 y Colosenses 3:23.