Una “actitud agradecida” es lo que buscamos para nosotros y nuestras familias. La temporada de acción de gracias nos permite que nombremos las muchas formas en que somos bendecidos. Compartimos aquí algunas sugerencias para ayudar a que nuestras familias estén agradecidas no sólo del alimento cotidiano, sino por las muchas bendiciones que experimentamos. El que nos detengamos a identificar nuestras bendiciones no quiere decir que nuestra vida haya sido fácil en el año que pasó. Todos experimentamos dificultados e infortunios. No podemos ignorar que los sufrimientos son parte de la vida.
En esta temporada de acción de gracias, pensemos en las familias alrededor del mundo que han tenido que abandonar sus hogares para irse a otros países a causa de la guerra, los problemas económicos o la inestabilidad de su país. Muchas de estas familias quizá no hayan tenido las oportunidades que nosotros tenemos de disfrutar de una cena con la familia para reflexionar en el año que pasó en un lugar seguro para vivir. No obstante, estas familias también podrían mirar la vida con una “actitud agradecida,” a pesar de encontrarse en nuevos lugares extranjeros, pasando por circunstancias que no esperaban y con gente que no conocen.
Este año considere usar una o más de las sugerencias que aquí compartimos, cuando celebre acción de gracias en su hogar o con otros.
- Muchos países tienen un día de acción de gracias para celebrar la cosecha y la comida que la tierra nos provee. Haga una lista de la comida que le gusta a la familia. Dé gracias por la tierra y las bendiciones del mundo que Dios ha creado.
- Confeccione una etiqueta para cada persona que se sentará para celebrar la cena de acción de gracias en su hogar. En un lado de la etiqueta escriba el nombre de un familiar. En el otro lado escriba un versículo bíblico o una palabra de un pasaje. Pídale a cada persona que se ponga en fila según el versículo que le tocó o la palabra en orden del pasaje ya que esto determinará quién se sienta al lado dequién. Después de sentarse reciten el pasaje o versículos bíblicos.
- Identifique a los miembros de la familia y amigos que no podrán asistir a la cena de acción de gracias. Confeccione o compre tarjetas para cada una de estas personas. El Día de Acción de Gracias, invite a todos los reunidos en su hogar a que firmen y escriban algo en las tarjetas. No se olvide de enviar las tarjetas por correo.
- Confeccione una caja de bendiciones. Pídale a cada miembro de la familia que escriba en un pedazo de papel las cosas por las que están agradecidos y que pongan lo escrito dentro de la caja. Coloque la caja al centro de la sala, para que todos saquen una de las notas para leerlas en voz alta.
- Reflexionen en el año que pasó. Pida a cada persona reunida en acción de gracias que comparta algo por lo que está agradecida.
- Tome una foto de todos los que están reunidos para celebrar. Nombre la foto “Acción de Gracias 2019”, y escriba los nombres de todos los presentes y algo por lo que cada uno estuvo agradecido.
- Ore por aquellos que han perdido a seres queridos en el año que pasó. Prenda una vela y recite en voz alta los nombres de aquellos familiares que ya no están en vida.
- Use la siguiente letanía antes de la cena de acción de gracias:
¡Hoy es el Día de Acción de Gracias! Estamos agradecidos de estar juntos a esta hora en este año.
Escuchemos estas palabras de la Biblia:
Del SEÑOR es la tierra y todo cuanto hay en ella,
el mundo y cuantos lo habitan;
porque él la afirmó sobre los mares,
la estableció sobre los ríos. (Salmo 24:1-2 NVI)
Que las velas que encendemos nos recuerden que Dios está presente con nosotros.
Oremos: Dios te agradecemos por todas las bendiciones que gozamos. Ayúdanos a ver el mundo a nuestro alrededor de tal forma que veamos tu mano en la creación y en aquellos con quienes nos encontramos. Ayúdanos a ser una bendición hoy a todos los que se reúnen en esta mesa. Que seamos una bendición a todos los que encontremos en el hogar, la escuela, el trabajo, la iglesia y la comunidad. Amén.
Este artículo fue escrito originalmente en inglés por MaryJane Pierce Norton, personal jubilada de la Junta General de Minsiterios de Discipulado. Traducción y adaptación por Humberto Casanova.