Adviento

Culto de las posadas

Vela encendida junto a una ventana. Foto por Steven Kyle Adair.
Vela encendida junto a una ventana. Foto por Steven Kyle Adair.

Adaptado de: Joel N. Martínez y Raquel M. Martínez

Las posadas son fiestas populares que en México se celebran durante los nueve días antes de Navidad, o sea del 16 al 24 de Diciembre. Estas fiestas recuerdan el peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret hasta Belén, donde buscan un lugar donde alojarse para esperar el nacimiento del niño Jesús.

En el México prehispánico, celebraban el advenimiento de Huitzilopochtli (Dios de la Guerra) durante la época invernal o Panquetzaliztli, que iba del 17 al 26 de diciembre, que coincidía con la época en que los europeos celebraban la Navidad. Estas celebraciones fueron cambiando una vez que el pueblo fue evangelizado y la imagen de Huitzilopochtli fue sustituida por la de José y María.

Hoy se celebra las posadas con procesiones que representan la peregrinación de María y José hacia Belén y el rechazo del que fueron objeto. Por nueve días (16-24 de diciembre), un grupo de personas toca las puertas de hogares previamente seleccionados y cantan pidiendo posada. Los dueños de casa responden cantando que no hay lugar en el mesón.  Pero el último hogar los recibe y se celebran compartiendo los alimentos acostumbrados durante la Navidad.

La última noche, la posada termina en la iglesia o en algún lugar donde se pueda tener una piñata para cerrar la celebración. La piñata representa el pecado. Pegarle a la piñata con ojos vendados representa la fe. El garrote simboliza el poder de Dios. El lazo movedizo significa la lucha con enemigos espirituales. Romper la piñata simboliza el triunfo sobre el pecado y la tentación y los dulces que caen son las bendiciones del triunfo.

Notas sobre el culto

La primera banca se destina a “José y María” y acompañantes, quienes estarán en la parte de atrás del santuario durante la primera parte del culto.

Se puede distribuir velitas para ser usadas durante el himno recesional (ver más abajo). Mientras se canta el himno Noche de Paz, personas designadas encenderán la vela de la primera persona de cada banca. A su vez, esa persona encenderá la vela de la siguiente persona, y así sucesivamente. Se continuará cantando el himno, mientras que las luces se opacan. Entonces el oficiante junto con “José y María” y su grupo de acompañantes saldrán del santuario, seguidos por la congregación. Se debe extinguir las velas y depositarlas en el lugar designado. Después hay un tiempo de compañerismo y comida, si se desea.

Orden del culto

Canto de preparación: ¡Hosanna en el cielo! (Mil Voces # 87)

Llamado a la adoración: Isaías 40:3-5

Oración de preparación: Acércate a nosotros, oh Dios, como se acercó el coro de ángeles a los pastores en Belén. Ayúdanos a escuchar con fe tu invitación a experimentar de nuevo el gozo del nacimiento de tu Hijo. Abre nuestro entendimiento hasta llegar a contemplar su gloria y servir más fielmente en su reino; en su nombre lo imploramos. Amén.

Himno: Toda la tierra (Mil Voces # 78)

Lecturas bíblicas: Jeremías 23:5; Lucas 1:26-31, 34-35

Canto de las posadas, versos 1-4 (Fiesta Cristiana, pág. 276)

Lecturas bíblicas: Isaías 11:1-5; 35:1-4

Canto de las posadas, versos 5-6  (Fiesta Cristiana, pág. 276)

Lecturas bíblicas: Juan 1:9-12; Lucas 1:46-55

Entrada: Mientras el grupo que está en la parte de atrás del santuario toma sus asientos en los lugares designados, la congregación canta el Canto de entrada de Fiesta Cristiana, pág. 280

Lecturas bíblicas: Miqueas 5:2-4; Lucas 2: 8-18

Respuesta musical: Vamos, pastores, vamos (Fiesta Cristiana, pág. 280)

Sermón

Ofrenda

Credo del pueblo inmigrante (Fiesta Cristiana, pág. 266)

Peticiones del pueblo:

Líder: Dios peregrino, tú que buscaste posada en Belén para tu hijo Jesús, buscas comunidades hospitalarias para los desterrados y desheredados de la tierra.

Pueblo: Así como abres los cielos para los que buscan por fe, abre nuestros corazones para hacer espacio de bienvenida a todos los que desean lugar para descansar de sus cargas y renovar sus vidas.

Líder: Entre los humildes viniste a nacer, Dios de toda la creación. Elevaste con tu divinidad el lugar de tu nacimiento.

Pueblo: Enséñanos que al hacer lugar para los que caminan en pobrezas, seremos elevados a ser siervos y siervas del Altísimo, donde el coro celestial canta: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz”.

Líder: Gran Dios de amor, danos una vez más el don de compartir. ¿Cómo podemos regocijarnos mientras que ignoramos al sufriente y al herido? ¿Cómo podemos celebrar la venida de la Luz cuando tantas personas viven en la oscuridad? ¿Cómo podemos gozar de la abundancia cuando tantas criaturas son violadas por la pobreza y el hambre?

Pueblo: Ayúdanos a ser una iglesia con un corazón generoso que comparte sus dones con un espíritu gozoso; y una iglesia que labora por un mundo donde ninguna criatura sea violada por la pobreza y la injusticia.

Himno: Emanuel (Mil Voces, #76)

Bendición: Y ahora, que el amor de Jesucristo brille en nuestros corazones como refulgente estrella de Belén y que ese amor nos inspire a recibir y a servir a quienes buscan al Señor. Que la bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo sea con ustedes. Amén.

Himno recesional: Noche de paz (Mil Voces # 103)

Mientras que se cantan las estrofas de este himno, se encienden las velas.


-Adaptado de: Joel N. Martínez y Raquel M. Martínez, Fiesta Cristiana. Nashville: Abingdon Press, 2003. Usado con permiso. el Intérprete, noviembre-diciembre, 2008

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