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Abra otra vez la iglesia pero “poco a poco”

Custodian James Jimmerson disinfects pews to prevent any possible spread of the coronavirus at Belmont United Methodist Church in Nashville, Tenn., on Sunday, May 10, 2020, following online worship, which is recorded in the sanctuary. Photo by Mike DuBose, UMNews
Custodian James Jimmerson disinfects pews to prevent any possible spread of the coronavirus at Belmont United Methodist Church in Nashville, Tenn., on Sunday, May 10, 2020, following online worship, which is recorded in the sanctuary. Photo by Mike DuBose, UMNews

Cuando se declaró la pandemia de COVID-19 a mediados de enero, los obispos metodistas unidos instruyeron a las iglesias para que cerraran sus edificios, y la respuesta fue rápida.

Pastores, empleados y voluntarios empezaron a llevar a cabo el ministerio desde sus hogares. Los empleados y voluntarios adaptaron sus ministerios de alcance, especialmente en su servicio a la gente con hambre. Las iglesias empezaron nuevos ministerios con gente que de pronto estaba necesitada.

Después de dos o tres semanas de haber cerrado sus puertas, la Casa de Publicaciones Metodistas Unidas emitió una investigación que reveló que el 80 por ciento de las iglesias que jamás habían tenido un servicio digital estaban ahora trasmitiendo servicios de adoración en vivo. Otros se conectan con la gente mediante llamadas de teléfono colectivas y otros medios.

Parece que no es cierto que la iglesia no pueda cambiar rápidamente la forma en que realiza su ministerio.

Las iglesias jamás cerraron, jamás pararon de llevar a cabo su ministerio esencial. Con todo, ahora que crece el deseo de muchos por tener otra vez servicios de adoración y grupos pequeños en persona, el consejo es “hágalo poco a poco”, “planifique bien”, “esté completamente preparada” y “proteja a los vulnerables”.

El Rev. Alex A. Shanks ha escrito el artículo “Why reopening a church is different,” donde dice: “Al abrir otra vez nuestros edificios, les pedimos que busquen estar en el tiempo de Dios, no en nuestro propio tiempo… La iglesia sigue abierta, aunque no nos juntamos físicamente en nuestro edificio. Hacemos todo esto para amar plenamente a nuestro prójimo así como nos amamos a nosotros mismos (Marcos 12:31)”. Shanks trabaja como asistente del obispo del área de Florida.

El obispo Robert Farr de Missouri escribió: “Debemos seguir las Reglas Generales, cuya primera regla es ‘no hagas daño’. Aconsejo a todas nuestras iglesias locales a tomar en serio esta regla”.

“El COVID-19 está lejos de haber acabado”, dice la obispa Karen Oliveto de Mountain Sky. “Aunque el distanciamiento social nos ha ayudado a aplanar la curva, las infecciones (y muertes) todavía siguen. La población más vulnerable al virus (mayores de 65 años) constituye la mayoría de nuestras congregaciones. Como discípulos de Jesús, tenemos la seria responsabilidad de organizar y edificar un ministerio de maneras que sean accesibles a todos, incluyendo a los más vulnerables”.

El obispo William T. McAlilly de Nashville, dice: “Sigan ofreciendo la opción del servicio por internet a la vez que adoran en persona. Debemos hacerlo hasta que una vacuna esté disponible. Los más vulnerables entre nosotros deben seguir distanciándose hasta que llegue la vacuna”.

Las directrices respecto a la reapertura de los edificios varía grandemente entre las conferencias anuales. Algunos entregan fechas de apertura diciendo “no abriremos antes de…”, pero agregando que las iglesias podrían reabrir más tarde de la fecha o en etapas, dependiendo de la congregación y el contexto. Algunas iglesias han pospuesto el ministerio en persona para niños y jóvenes por los desafíos del distanciamiento social.

El equipo de trabajo de Nashville dice: “Al imaginarnos juntos otra vez en nuestros santuarios, consideremos una forma alternativa de adoración desarrollando un modelo de iglesias en casas con una asistencia de solo 10 personas o menos y con el distanciamiento apropiado. Consideremos también juntarnos en los estacionamientos de las iglesias. Ahora que ha llegado el buen tiempo, un modelo de adoración al aire libre es una buena opción”. Los grupos pequeños pueden reunirse en cafeterías, restaurantes o panaderías.

En todos los casos, se aconseja a las iglesias que sigan las direcciones del centro de control de enfermedades (Center for Disease Control, CDC), así como de los departamentos de salud local y estatal. El no ajustarse a las directrices oficiales podría afectar el seguro por daños de la iglesia. En muchas conferencias, cada iglesia debe organizar un equipo de trabajo para planificar los preparativos para la reapertura usando una guía detallada. En otros lugares, los superintendentes de distrito o un equipo de trabajo deberán aprobar la reapertura.

Conferencias anuales como Greater New Jersey, Mountain Sky, Desert Southwest, Western North Carolina y otras han establecido las siguientes áreas de salud y seguridad que las iglesias deben abordan, incluyendo:

  1. El número de gente que se reúne: Asegúrese de establecer límites al número de personas que se reúnen siguiendo las estipulaciones del estado. Discuta la posibilidad de tener varios servicios para reducir el número de personas presentes. Considere pedirle a la gente que se registre de antemano, para minimizar la posibilidad de tener que rechazar a alguna persona en la entrada. Determine cómo acomodará a grupos que vienen de fuera.
  2. Aislamiento social: Marque los lugares para asegurar que la gente se siente 6 o 10 pies aparte unos de otros. Véase las estipulaciones del CDC.
  3. Contacto humano: No permita que la gente toque objetos o a otras personas. Determine qué prácticas se usarán para recibir la ofrenda, servir la Santa Cena, administrar el bautismo, dar el saludo, a fin de garantizar la mayor protección de todos. Minimice el movimiento de la congregación y de quienes dirigen el culto. Limite el canto y la respuesta congregacional.
  4. Limpieza: Organice equipos de sanitación y limpieza, políticas y prácticas para todas las áreas que serán usada cuando se reanuden las actividades en persona. Una limpieza profunda antes de la reapertura incluye el cambio de todos los filtros HVAC, lavado de alfombras, desinfección de todo. Si usted tiene servicios múltiples el mismo día, pregúntese qué provisiones tomará para la limpieza entre servicios. Véase las directrices del CDC.
  5. Gente vulnerable: Determine cómo se seguirá ofreciendo servicios de adoración para los más vulnerables que deberían quedarse en casa hasta que una vacuna esté disponible. Véase las estipulaciones del CDC.
  6. Protección: Provea de máscaras, desinfectante de manos, jabón, toallitas desinfectantes, y utensilios de limpieza para el personal, usuarios y visitantes. Véase las estipulaciones del CDC.
  7. Letreros y equipos: Entrene a quienes dan la bienvenida a la gente y a los voluntarios en relación a todos los pasos que deberán dar desde el estacionamiento hasta la entrada designada. Todas las entradas deberán tener máscaras y desinfectante de manos. Si alguien lo solicita, se deberá tener a mano guantes y toallitas desinfectantes. Indique a la gente la dirección que deben tomar al entrar y salir del área de adoración. Use letreros para informar y educar a la gente.
  8. Comunicación: Con varias semanas de anticipación, comuníquese con su congregación y comunidad. Sea que use Facebook, email, volantes, cartas, boletines, informe a la congregación cómo es que la iglesia se está preparando para la apertura.
  9. Designe a una persona para que anote los nombres de los asistentes. Esto no solo tiene que ver con contar la asistencia, sino porque podría ser necesario tener esta información en caso de infecciones y la necesidad de tener que rastrear a quienes estuvieron en contacto con la persona contagiosa.
  10. Grupos de afuera: Determine si la gente que viene de afuera puede o aceptará las estipulaciones del distanciamiento social, protocolo de limpieza y otras directrices establecidas para la congregación.
  11. Misión de alcance: Se debe alcanzar a la población vulnerable (ministerios de distribución de alimentos, ayuda a quienes no tienen hogar, etc.) con el distanciamiento social y los protocolos de sanidad apropiados. Esto significa que no habrá comidas en que la gente se siente junta hasta que los lugares públicos sean seguros. No se recomienda que se realicen viajes misioneros este verano.

Avance de a poco. Planifique. Prepare. Proteja.

“No quiero que haya ni siquiera un caso de COVID-19 cuyo origen haya sido una de nuestras congregaciones porque no fuimos capaces de cuidar a quienes Jesús ama”, escribió la obispa Oliveto.

RECURSOS ADICIONALES: 


La Rev. Kathy Noble es gerente editorial de comunicaciones para lideres en Comunicaciones Metodistas Unidas, Nashville, Tennessee, USA. Comuníquese con ella en resourceumc@umcom.org.

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