Las balas sacudieron a otra iglesia durante el fin de semana pasado. Los servicios dominicales en Sutherland Springs, Texas, se convirtieron en un baño de sangre con al menos 27 muertos. Antes de ese horrible incidente, la gente de este pequeño pueblo se sentía protegida por su entorno rural. Pero como estamos descubriendo, incluso esas cosas no evitan que se desarrolle la violencia armada.
Esto hace que muchos de nosotros nos preguntemos: ¿Qué puede hacer la iglesia? Quiero compartir siete consejos prácticos del Rev. Derrek Belase, un ex oficial de policía certificado convertido en pastor, con dos títulos en criminología. Ahora es el Director de Discipulado de la Conferencia Anual de Oklahoma. Su portafolio actual incluye la coordinación y capacitación de "Safe Sanctuary Training" (Entrenamiento para un santuario Seguro).
Derrek cree que no se puede prevenir completamente la violencia armada. Ni siquiera con los mejores planes ni con la mejor legislación. Y entonces qué. ¿Cómo puede una iglesia protegerse a sí misma? Aquí hay siete consejos prácticos que pueden ayudar a cualquier iglesia a prepararse para lo inesperado.
- Establece relaciones con quienes atienden emergencias y otras personas clave en tu comunidad. Preséntate al sheriff, al jefe de policía, al jefe del departamento de bomberos, así como al alcalde y a los comisionados del condado. Deja que te conozcan e intercambien números de teléfono celular. De esa manera, ellos sabrán que, si reciben una llamada tuya un domingo por la mañana, es una emergencia de buena fe. Eso no significa que no debas llamar al 911 si hay violencia o amenazas de violencia en tu santuario. Pero también llámalos.
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Invítalos a visitar la iglesia. Permíteles ver la disposición de la propiedad, y la forma en que están construidas las edificaciones. Si tienen una imagen mental de tus instalaciones, podrán responder con conocimiento de antemano, si es necesario.
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Asegúrate de tener ujieres. Además de dar la bienvenida y atender a quienes asisten a las actividades, deben estar atentos por si hay gente que pueda parecer perturbada. Los ujieres pueden alertar al pastor, o si es necesario, a las autoridades. Una vez que comienza el culto, quienes dan la bienvenida se sientan y es cuando los encargados de acomodar a quienes vienen llegando, toman el control logístico del santuario. Una vez que la congregación se siente, los ujieres pueden servir como un vínculo vital entre la gente en el culto y el mundo fuera del santuario. Pueden caminar por el pasillo hasta la guardería y asegurarse de que todo está bien allí. Pueden estar atentos por si hay gente sospechosa o alguien con un arma. Asegúrate de que puedan acceder a la oficina de la iglesia y a un teléfono fijo si es necesario.
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Piensa en la disposición del edificio y de la propiedad. ¿A qué distancia del santuario está la guardería u otros salones donde haya actividades? ¿Tienen un teléfono fijo donde puedan hacer llamadas? ¿Tienen un teléfono fijo en el santuario? ¿Funcionan los teléfonos celulares en el santuario? ¿Tienen muchas puertas que se abren innecesariamente durante el culto? ¿Hay lugares fuera de la iglesia donde la gente pueda esconderse? Los primeros en responder de su comunidad pueden darte información útil al respecto.
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¿Tiene la iglesia un letrero reconocible para que quienes atienden emergencias puedan ubicarla rápidamente? Aunque los congregantes conozcan a tu iglesia como “Cristo Vive,” es posible que tu iglesia sea conocida como la iglesia metodista por la comunidad y como la iglesia comunitaria por otros que viven más lejos. Asegúrate de que tu letrero coincida con tu sitio web, tu página de Facebook y tu boletín. Además, asegúrate de tener a mano la dirección de la iglesia. Así es como las ambulancias te encontrarán.
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Resiste la tentación de traer a un experto en seguridad. Sugerirán cosas que la mayoría de las iglesias no pueden proporcionar, ya sea un guardia de seguridad o detectores de metales, lo que aumentará las expectativas y los temores. En su lugar, realiza estos consejos prácticos.
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Enfócate en lo que debes hacer allí: predicar el evangelio, construir el Reino, ayudar a que la gente crezca espiritualmente, abogar por justicia y los más débiles en la comunidad, conectar con la gente y con Dios, dar esperanza, compartir amor, orar y practicar la presencia de Cristo.
Para más soluciones, visita los recursos de FEMA (Agencia Federal para la Gestión de Emergencias) para proteger tu iglesia. Al igual que en el fútbol, donde el ataque es la mejor defensa, hay otras maneras en que las iglesias y otras comunidades de fe pueden responder.
Hagamos algo más que enviar nuestras oraciones y pensamientos. Asegurémonos de que nuestras casas estén en orden.
Este artículo fue escrito por Rebekah Simon-Peter y publicado originalmente el 7 de noviembre, 2017 en inglés por Ministry Matters. Traducción por Aileen Jimenez.