La vida ha cambiado para todos nosotros. Las instrucciones para la pandemia han trastornado nuestras rutinas diarias. Nuestra vida en la iglesia también ha sido alterada. Las comunidades de fe se esfuerzan por imaginar qué significa ser el cuerpo de Cristo fuera de la reunión dominical en un lugar físico común.
Un tiempo como este parece imposible, pero también puede ser el contexto donde surjan nuevas formas de encarnar el evangelio, un momento en el que surgirán nuevas formas de ser iglesia. ¿Cómo podrá innovarse el trabajo del laicado y del clero?
La necesidad es la madre del ingenio
De muchas formas, las circunstancias nos fuerzan a adaptarnos. Solemos pensar que la “innovación”, las “estrategias de adopción”, y la “creatividad” son cualidades que solo pueden ser enseñadas por los “expertos”. La verdad es que de una u otra manera ya tenemos experiencia en todas estas cosas.
Al igual que todos, la necesidad ha forzado a los pastores a innovar y adaptar. En la Iglesia Metodista Unida, el liderazgo se entiende como una responsabilidad compartida en diferentes funciones y experiencias. Los laicos son cruciales en este momento decisivo de liderazgo innovador.
Alcancemos
Contáctese con su pastor o pastora para comunicarle que usted desea trabajar en equipo para tratar cosas nuevas en estos momentos. Anímelo a tomar riesgos que extiendan y encarnen la visión de su iglesia.
¿Qué está ocurriendo? Innovación e información
Usted puede ser un recurso para el clero y los líderes de su iglesia a través de la forma en que usted, su familia y sus vecinos reaccionan y se adaptan a la situación. Todos hemos sido cortados de nuestras rutinas de movimiento y de reunión. Así que, vemos que los vecindarios y los negocios se adaptan en formas creativas para mantenerse conectados.
En una reunión reciente por Zoom, los líderes laicos de nuestra iglesia compartieron con el personal pastoral prácticas de conexión que encontraban activas en grupos de vecinos en NextDoor y en FaceBook. La gente compartía recetas por medio de videos hechos en casa, organizaba actividades para niños dejando hojas para colorear en las puertas de las casas. También organizaban cantar canciones en frente de las casas y organizaban fiestas virtuales.
Nuestra iglesia organiza un tiempo para contar historias a los niños que están reclusos en sus hogares a causa de la pandemia. Queremos que esto nos enseñe cómo ministrar a las personas confinadas en sus hogares. ¿Qué ves en el internet, en tu vecindario y en tu hogar que podría generar ideas nuevas para la comunidad de fe? El lema es: si lo ves, compártelo.
Seamos pacientes y persistentes
Los pastores también enfrentan un nuevo normal. Una forma en que los laicos puede asociarse con sus pastores es reconociendo que las nuevas restricciones podrían significar menos tiempo libre para el pastor. La tecnología ofrece la oportunidad de más reuniones. El lunes pasado, en una reunión por Zoom, el pastor compartió que era su quinta reunión del día. Así que, en lugar de contactarse con su pastora para pedirle una sesión para generar ideas, dígale que usted tiene algunas ideas que desea compartir con ella. Comparta las ideas y fijen algún tiempo más adelante para conversar y evaluar.
Acepte la confusión
La creatividad es desordenada. Este es un tiempo en que todos “coloreamos fuera de las bordes”. Abandonemos las expectativas y la forma en que hacíamos las cosas anteriormente, para tener la libertad de experimentar cosas nuevas. No iguale la creatividad con lo pulido, esmerado y sin problemas. No todo lo que usted intentará saldrá bien, y no todo lo que funciona durará por mucho tiempo. Pero laicos y pastores deben encontrar nuevas prácticas para el futuro que emerge de estos experimentos.
¿Qué se “nos” llama a ser?
Este es un tiempo que nos fuerza a reconsiderar nuestra definición de “nosotros” y de nuestras conexiones. Los laicos y los pastores pueden explorar juntos lo que significa el cuerpo de Cristo en formas novedosas. En la Iglesia Metodista Unida McKendree tenemos una experiencia de grupos pequeños satélites que llamamos “Fiesta de Comunión”. Nos juntamos dos veces al mes para una comida liviana y conversamos de la fe y la vida.
Ahora estamos experimentando con lanzar este ministerio usando Zoom o Google Meet. Esto nos permite expandir la mesa en la que nos reunimos a una reunión de varias mesas. También es un medio para incluir a quienes no participan diariamente en reuniones de comunión, consuelo y edificación. Esta toma de consciencia está levantando conversaciones sobre cómo abordar las barreras y expandir la mesa de reunión.
Un amigo pastorea en una congregación pequeña en un contexto rural. Mi amigo tiene a los miembros de la iglesia comprando tarjetas pre-pagadas (gift cards) para repartirlas a nombre de la iglesia a quienes han perdido su trabajo. Muchas veces decimos sin pensar “la iglesia no es el templo físico”. Este es el momento de practicar este dicho, pues esa es nuestra realidad ahora que estamos confinados en casa.
Recordemos que tenemos este Tesoro en vasos de barro (2 Corintios 4:7). Estemos al tanto para ver dónde emerge el Espíritu de Dios.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés por la Junta General de Ministerios de Discipulado. Traducción y adaptación por Humberto Casanova.