En nuestros votos bautismales, nos comprometemos a "renunciar a las fuerzas espirituales de la iniquidad, rechazar los poderes malvados de este mundo" y "resistir el mal, la injusticia y la opresión en cualquier forma en que se presenten".
Desde los primeros tiempos, los votos del bautismo cristiano han comenzado con la renuncia al mal y luego la profesión de fe y lealtad a Cristo.
La renuncia al mal está arraigada en la Escritura. En Romanos 12: 9, se nos enseña a "amar sin ambigüedad, odiando el mal, aferrándose a la verdad". Amós 5:15 dice de manera similar: "Odio el mal, ama el bien, mantén la justicia en los tribunales".
Amar y odiar no se ven en las Escrituras como meras actitudes, sino que más bien se entienden como acciones reales encarnadas. El verbo en Romanos 12 para el odio en particular significa odiar violenta o específicamente, aborrecer de tal manera que uno actúa contra el objeto de tal odio (el mal mismo). Estamos llamados a tomar medidas enérgicas contra el mal que puede decirse que motiva, previene o, en algunos casos, causa las acciones que otras personas pueden tomar.
Esto, sin embargo, no justifica la violencia contra otras personas. Jesús tiene claro cómo debemos tratar a los que actúan con mal contra nosotros: los amamos, oramos y hacemos el bien incluso a los que nos persiguen. (Mateo 5:44).
Un tema persistente, especialmente en el Antiguo Testamento y en los profetas, es el constante llamado a resistir el mal, el fin de las prácticas económicas injustas, los tribunales injustos, la opresión, falta de cuidado adecuado para las viudas, los huérfanos y los extranjeros en la tierra.
Los 10 Mandamientos también dejan en claro que debemos resistir al mal tal como se nos presenta, y el resto de los códigos de justicia en el Antiguo Testamento (especialmente en Éxodo, Números y Levítico) dejan en claro los costos sociales de no hacer esto.
Toda esta historia bíblica y bautismal es la razón por la cual los Principios Sociales de La Iglesia Metodista Unida y muchos de los puntos del Libro de Resoluciones tan frecuentemente llaman al p[pueblo metodista unido a ejercer acciones para resistir el mal, ya sea a través de boicoteos, de denuncias contra uso irresponsable de la tierra y sus recursos, o contra la guerra como instrumento de política nacional, o contra el racismo, o contra la pena capital, o por los derechos de los trabajadores y así sucesivamente se sigue una lista de acciones pacíficas, pero no pasivas.
Recuerde que fueron los metodistas en Inglaterra los principales responsables de la abolición de la esclavitud, la creación del movimiento obrero, la reforma radical del código de justicia penal y prisión de todo el imperio británico, no simplemente porque evitaron el mal en sus propias vidas, sino porque se organizaron para combatirlo tal como apareció en la sociedad en general.
El pueblo metodista unido, como una comunidad al servicio de Cristo, es enviado al mundo para participar en la lucha por la justicia y la reconciliación.
¿Tienes preguntas? Pregúntele a la IMU. Puedes ver otras preguntas y respuestas metodistas recientes.
* Este contenido fue producido por InfoServ, un ministerio de la Agencia Metodista Unida de Comunicaciones. Primera publicación 10 de diciembre de 2018.
** El Rev. Gustavo Vasquez es el Director de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615)742-5111 o por el gvasquez@umcom.org.