Cobertura de la Conferencia General: La Conferencia General diferida de 2020 se llevará a cabo del 23 de abril al 4 de mayo.

Iglesia y Sociedad

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Prevención de la violencia armada

Todas las formas de violencia son detestables, pero las armas hacen que la violencia sea más mortal y más frecuente. 

Dios deplora la violencia. Jesús nos llama a ser pacificadores.

Las armas hacen que la violencia sea más mortal y más frecuente. Por ejemplo, la violencia doméstica se vuelve  más peligrosa cuando se manejan armas de fuego. Las armas de fuego son el método más común de suicidio en países donde las pistolas son comunes en los hogares privados, según datos recopilados por La Organización Mundial de la Salud.

“Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.”

Mateo 5:9

Los datos recopilados de la Encuesta sobre Armas Pequeñas (Small Arms Survey) muestran que la violencia armada contribuye a la delincuencia, el tráfico de personas, el tráfico de drogas, la violencia basada en el género, los conflictos raciales y étnicos, las desigualdades económicas sistémicas, el desempleo persistente y las violaciones de los derechos humanos, entre otros problemas sociales.

Según la Oficina de Responsabilidad del gobierno estadounidense (U.S. Government Accountability Office), el 70 por ciento de las armas utilizadas en crímenes en México fueron traficadas ilegalmente desde Estados Unidos. De manera similar, el 90 por ciento de todos los rifles ilegales incautados en 2013 en Filipinas procedían de Estados Unidos, según el Encuesta sobre Armas Pequeñas. El Tratado sobre el Comercio de Armas, aprobado por las Naciones Unidas en 2013, si se ratifica y se hace cumplir, ayudaría a evitar que las armas se comercien a través de las fronteras internacionales hacia zonas peligrosas.

Si queremos acabar con la plaga de la violencia armada, necesitamos un cambio cultural, así como un cambio político.

Lo que dicen la Biblia y la Iglesia Metodista Unida:

El profeta Miqueas proyecta una visión del futuro donde las naciones “martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces” (Miqueas 4:3) Jesus dice, “Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.” (Mateo 5:9)

La Iglesia Metodista Unida exhorta a las "congregaciones a abogar a nivel local y nacional por leyes que prevengan o reduzcan la violencia armada". Algunas de esas medidas incluyen:

  • Verificaciones universales de antecedentes en todas las compras de armas;
  • Ratificación del Tratado sobre el Comercio de Armas;
  • Asegurarse de que todas las armas se vendan a través de minoristas autorizados;
  • Prohibir que todas las personas que se encuentren bajo una orden de restricción debido a la amenaza de violencia compren un arma de fuego;
  • Prohibir a las personas con enfermedades mentales graves, que representan un peligro para ellos mismos y sus comunidades, la compra de un arma;
  • Garantizar un mayor acceso a los servicios para las personas que padecen enfermedades mentales;
  • Establecer una edad mínima de 21 años para la compra o posesión de armas;
  • Prohibir los cargadores de munición de gran capacidad y las armas diseñadas para disparar múltiples balas cada vez que se aprieta el gatillo;
  • Promover nuevas tecnologías para ayudar a los organismos encargados de hacer cumplir la ley a rastrear las armas de fuego y promover la seguridad pública. (Traducción del Libro de Resoluciones, 3428)

Tres cosas que puedes hacer:

  • Organiza una noche de película y presente The Armor of Light o The Interrupters en tu iglesia. Puedes usar esta oportunidad para presentar el estudio bíblico "Sueños del Reino, Realidades Violentas (“Kingdom Dreams, Violent Realities”)". Este estudio sobre Miqueas 4:1-4 ofrece una reflexión teológica metodista unida sobre el tema de la violencia armada. Lleva a cabo el estudio con tu congregación o grupo pequeño, y luego pide al grupo pequeño o a los líderes del estudio que guíen una discusión en la iglesia y en la comunidad.

  • Conéctate con aquellos que han sido directamente afectados por la violencia armada y apoyalos. Apoya programas de prevención de la violencia armada, grupos de mitigación, entrenamientos de seguridad y grupos de apoyo para sobrevivientes de la violencia armada.

  • Aboga contra las leyes que buscan aumentar la presencia de armas en la sociedad, especialmente en lugares públicos como escuelas, iglesias, aeropuertos y otros lugares. Trabaja con el liderazgo de tu congregación para exhibir letreros que prohíban llevar armas a la propiedad de la iglesia.

Otros recursos en inglés:


Este artículo originalmente fue publicado en inglés por la Junta General de Iglesia y Sociedad. Traducción por Pablo Sarria Quezada. 

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