Reforma de la justicia penal

Vivimos en un mundo marcado por el quebrantamiento y el pecado. Además de los sistemas de opresión que dañan a la sociedad, a menudo nos equivocamos y nos dañamos los unos a los otros. A veces nuestras acciones conducen a herir sentimientos. A veces las consecuencias de nuestras acciones son mucho peores.

El principio bíblico de la justicia enfatiza la relación adecuada con Dios, con uno mismo, con los demas y con la comunidad. 

Cuando uno daña al otro, las relaciones se rompen, tanto entre sí como con Dios. Las víctimas del crimen necesitan sanidad. Quienes cometen un crimen deben rendir cuentas de sus actos y deben tener la oportunidad de volver a ocupar plenamente su lugar en la comunidad. 

Se necesita justicia por todo el mundo. Sin embargo, rara vez vemos una adecuada implementación de justicia. Los sistemas de justicia basados en la retribución perjudican aún más a la sociedad. Buscando castigar en vez de curar, se producen más rupturas. El racismo, el sexismo, el clasismo y otras opresiones distorsionan el orden público. Los sistemas de justicia marcados por estas características dificultan la comunidad. Niegan el valor sagrado de todas las personas. No son justos.

El sistema de justicia que Dios desea para nosotros se centra en la sanidad y la restauración; cura heridas de las víctimas, se ocupa de los males del perpetrador y restaura la integridad de la sociedad. El principio bíblico de la justicia enfatiza la relación adecuada con Dios, con uno mismo, con los demás y con la comunidad.

Lo que dicen la Biblia y La Iglesia Metodista Unida:

La Biblia tiene mucho que decir sobre la justicia. La forma en que vivimos juntos y nos tratamos unos a otros, especialmente cuando uno ha hecho daño al otro, es un tema central.

La Biblia dice que un sistema de justicia criminal debería ser:

  • Accesible para todos (Deuteronomio 1:17)
  • Imparcial (Éxodo 23:1-3)
  • Honesto (Éxodo 23:7)
  • Íntegro (Éxodo 23:6, 8)
  • Justo para todos sin importar el estatus (Levítico 19:15)
  • Humano y restaurador para los prisioneros (Lamentaciones 3:34-36)

La Iglesia Metodista Unida dice: "Un sistema de justicia que refleje los deseos de Dios para el mundo es uno que es sanador y restaurador".  (Traducción del Libro de Resoluciones, 5031)

La iglesia apoya "las medidas diseñadas para eliminar las condiciones sociales que conducen a la criminalidad, e instamos a una acción recíproca entre los agentes de la ley y los miembros de la comunidad en general". (Disciplina, Principios Sociales, ¶164.H)

"En el amor de Cristo, que vino a salvar a los perdidos y vulnerables, instamos a la creación de un sistema genuinamente nuevo para el cuidado y la restauración de las víctimas, los delincuentes, los oficiales de la justicia penal y la totalidad de la comunidad". (Disciplina, Principios Sociales, ¶164.H)

Tres cosas que puedes hacer:

  • Ora por las víctimas del crimen, por los prisioneros, por las personas condenadas a muerte y por sus familias.
  • Organiza una noche de película y presenta documentales como  “13th” por Ava DuVernay, u organiza un estudio bíblico y lee libros como The New Jim Crow: Mass Incarceration in the Age of Colorblindness por Michelle Alexander o Just Mercy por Bryan Stevenson. Acompaña estas actividades con una discusión en la iglesia y la comunidad sobre la justicia penal en tu vecindario.
  • Forma relaciones con personas en prisión, víctimas de delitos, aquellos que recientemente han sido liberados de la prisión, con sus familias, y sus comunidades. Apoya a los servicios sociales y a los programas basados en la comunidad que ayudan a prevenir el crimen y a reducir la reincidencia. Inscribe a tu iglesia para que se convierta en una Comunidad de Sanidad.

Otros recursos en inglés: 


Este artículo originalmente fue publicado en inglés por la Junta General de Iglesia y Sociedad. Traducción por Pablo Sarria Quezada.      

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