La rápida respuesta al Covid-19 continúa evolucionando e influenciando el ministerio, algunas veces forzando a que la iglesia expanda rápidamente su presencia y alcance a través del internet para la adoración, grupos pequeños, oportunidades de camaradería, etc. Además de proveer de conexiones significativas, de inspiración y apoyo al discipulado, el ministerio con jóvenes, niños y adultos vulnerables nos desafía a adaptar nuestras directrices de Safe Sanctuaries® (santuarios seguros) para aplicarlas en la web. Esto produce el desafío de un cambio constante, especialmente con nuevas plataformas, aparatos y tecnología que se introducen a menudo.
Las ideas y sugerencias que compartimos no son consejos en cuanto a lo que dice la ley, y no deben tomarse como si lo fueran. Solo son sugerencias para ayudar a incrementar la trasparencia en las interacciones virtuales con gente de edad vulnerable. De esta forma, se ayuda a que el líder de un ministerio mantenga un sentido de seguridad que permitirá una conexión y ministerio genuinos.
Primero verá una sección “DL;NL” (demasiado largo; no leído), para que usted note lo más destacado de las sugerencias. Otros artículos por separado entregarán otras publicaciones y documentos. Cada uno contendrá descripciones e ideas más detalladas que usted podría usar para entrenar o redefinir una política de medios sociales para su ministerio.
Además, está la siguiente excelente guía: Guide to Taking Youth Ministry Online, escrita por Angela Gorrell y Paul Gorrell, publicada en abril del 2020 por Yale Theological Seminary.
Santuarios seguros: Once sugerencias para reuniones por internet
- Siga aplicando la regla de dos adultos presentes. Use plataformas que permitan la presencia de varios adultos al mismo tiempo. Si se trata de una plataforma para un usuario único o si no es posible tener presentes a más de un adulto, permita que otro usuario tenga privilegios administrativos para monitorear las cuentas en forma regular. Esto permite cumplir con la norma de “puertas abiertas” (o “puertas con ventanas”) que se usa para las reuniones en persona. Considere también que haya un adulto (o uno de los padres) en el lado del joven que participa en la llamada o video, para que se sepa que un adulto está supervisando lo que pasa.
- Use cuentas pertenecientes a su ministerio, y no cuentas personales. Esto ayuda que todos entiendan que las conversaciones son parte de un ministerio. Esto también permite varios administradores. Si su iglesia o ministerio juvenil todavía no tiene una cuenta oficial, cree una y coordine sus mensajes y reuniones con dicha cuenta. Esto permite que usted comparta enlaces y que use la función de protección de contraseña, para así evitar que gente no invitada se meta en la reunión.
- Use plataformas que permitan la creación de algún registro de lo que ocurre. Archive las conversaciones o textos. Archive o grabe videos. Cree un registro de actividades para el cual un adulto es registrado en una cuenta usando una plataforma del ministerio (día, tiempo, notas básicas acerca de quiénes participan en las conversaciones) que mantiene al día.
- Cree un horario básico y comuníquelo a los jóvenes y sus padres, para que sepan cuándo una cuenta ministerial está siendo supervisada o en uso. Todo lo que ocurra en este horario o que venga de la persona registrada en la cuenta ministerial debe considerarse como representativa de la iglesia, y las conversaciones deben someterse a los compromisos e instrucciones que se usan en las reuniones en persona.
- Cuando se use una cuenta personal:
- Los adultos jamás deberán de enviar una petición para conectarse con un joven desde una cuenta personal. Si es el joven quien envía un mensaje para conectarse, el adulto puede responder, pero el adulto debe también informar al personal de la iglesia de dicha interacción.
- Si un adulto termina en una conversación personal con un joven, es muy importante que el adulto tenga un registro por escrito de tal conversación. Lo mínimo que se exige es que el adulto documente la hora, fecha y tema de conversación, a menos que se pueda obtener el texto mismo de la conversación. Consulte los materiales de Safe Sanctuaries® para las definiciones de confidencialidad versus secreto. La acción de informar a los padres de una interacción uno a uno puede ocurrir antes (si se planeó por adelantado) o después de la conversación. Esto es actuar en forma responsable y honra la confidencialidad en cuanto a los temas de conversación.
- Asegúrese de que todos ‒personal y voluntariado‒ los que conversan con jóvenes y sus familias en una cuenta ministerial conozcan bien los procedimientos de informes mandatorios de su iglesia. Esto ya debería saberse a través de los entrenamientos Safe Sanctuaries®. Es importante repasar con frecuencia dichas reglas.
- Mantenga una diferencia de edad de cinco años. Los líderes de grupos virtuales deberán tener por lo menos cinco años más que el grupo que dirija, así como ocurre en toda reunión en persona.
- Como sea posible, que el personal y el voluntariado use sus verdaderos nombres, y mantenga un registro del “nombre del usuario” (username) o “nombre usado en medios sociales” (handle) de todos los que dirigen conversaciones. Es importante que la gente sepa con quien están hablando. Esto es algo similar al marbete que la gente usa con su nombre en reuniones en persona.
- Tome nota de quienes asisten, y planifique las actividades de las conversaciones en grupo en la web, cuando sea posible. Documente quien está presente tal como lo haría en reuniones en persona.
- Entrene a la gente. Repase las normas para las reuniones en persona para el personal de la iglesia y los voluntarios. Indique cómo se adaptarán dichas normas para las conexiones por internet. Organice un entrenamiento sobre reuniones en la web para suplementar las normas de las reuniones en persona. Busque los excelentes recursos de Ministry Safe, Safe Gatherings.
- Usted debe obtener permisos para compartir fotos y videos como parte de los formularios de consentimiento que todos los jóvenes deben completar para estar activos en su ministerio. No comparta fotos o videos de menores a menos que usted tenga permiso por escrito. De la misma forma, no haga un “tag” en la foto de alguien sin su permiso. Pero los jóvenes pueden etiquetarse unos a otros.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés por la Junta General de Ministerios de Discipulado. Traducción y adaptación por Humberto Casanova.