Cada 6 de enero, la iglesia celebra Epifanía doce días después de Navidad. En Epifanía recordamos la visita que los magos le hicieron al niño Jesús. La estación de Epifanía se extiende desde el 6 de enero hasta el Miércoles de Ceniza, que es el comienzo de la Cuaresma. La extensión de la temporada varía porque la fecha de la Pascua de la Resurrección cambia cada año. La Epifanía puede extenderse por nueve semanas o tan sólo cuatro semanas.
Mientras que la temporada de Epifanía no recibe la misma atención que las dos temporadas anteriores –Adviento y Navidad– es un tiempo importante de la iglesia. Una vez que terminan las celebraciones de diciembre, la Epifanía nos recuerda que la Navidad es tan sólo el comienzo de la historia.
Los magos
Mientras que la cultura secular celebra la Navidad en un solo día, la iglesia extiende la celebración del nacimiento de Jesús hasta la llegada de los magos, el 6 de enero. La mayoría conoce la historia de los magos por medio del villancico Nosotros, los tres Reyes. La historia cuenta que los magos siguieron una estrella que los llevó hasta el niño Jesús, para traerle oro, incienso y mirra (Mateo 2:1-12).
La Epifanía es una buena oportunidad para elaborar algunos detalles de la historia que hacen de los magos algo tan notable. Primero, los magos ponían atención. “Vimos levantarse su estrella” lo que interpretaron como una señal (Mateo 2:2). Segundo, los magos confiaron en la dirección de Dios. Dejaron su país y viajaron un largo tiempo sin saber exactamente a dónde iban. Después de haber encontrado al niño Jesús, se les advirtió en un sueño que no regresasen a Herodes. Diligentemente, “regresaron a su tierra por otro camino” (Mateo 2:12). Tercero, los magos fueron humildes ante el niño rey que estaba en el pesebre: “Vieron al niño con María, su madre; y postrándose le adoraron” (Mateo 2:11). A pesar de circunstancias excepcionales –un bebé nacido en un pesebre a una mujer pobre que no estaba casada– los magos le presentaron a Jesús regalos dignos de un rey nacido bajo circunstancias insólitas.
Esta linda historia predice las muchas maneras en que la vida de Jesús cambiaría las expectativas del mundo. No importa cómo la gente de Belén haya visto a la familia santa, la visita de los magos certificó que Jesús era un rey. Además, los magos cruzaron las fronteras internacionales. Vinieron de otro país para afirmar que Jesús era rey de todo el mundo. Un artículo de Building Faith ofrece un buen recurso para enseñar acerca de los magos: Celebrating Epiphany at Church.
El bautismo y la trinidad
El primer domingo después de Epifanía, celebramos el bautismo de nuestro Señor. Es una fecha muy apropiada para los bautizos. En este día, muchos servicios de adoración metodistas unidos incluyen un recordatorio del bautismo. También es una buena oportunidad para enseñar acerca de la Trinidad, ya que el pasaje del bautismo de Jesús es uno de los pocos lugares en que vemos a la Trinidad junta. Mientras Jesús era bautizado, un espíritu descendió sobre él, y una voz dijo: “Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo” (Marcos 1:11). Aquí se revela a Jesús como el Hijo de Dios y tercera persona de la Trinidad. Estas lecciones nos dan la oportunidad de enseñar acerca de lo que el bautismo de nuestro Señor revela acerca de Jesús y de lo nuestro bautismo enseña acerca de nosotros.
Revelando a jesús
Empezando con la visita de los magos y el bautismo de nuestro Señor, el leccionario para la estación de Epifanía revela mucho más acerca de Jesús durante las semanas de la fiesta. Las historias de Epifanía nos describen a Jesús como rey, Hijo de Dios, líder, sanador y maestro. La temporada tiene continuidad, pues el tema de la revelación une a todo este período a la vez que encontramos los diferentes estratos de la identidad de Jesús. La estación también es bastante flexible. Los temas que se enseñan pueden variar desde cómo Jesús se revela hoy en nuestras vidas hasta una serie en cuanto al pacto bautismal o el poder sanador de la fe.
Sarah Bentley Allred estudia para obtener una maestría en divinidad en Virginia Theological Seminary. Antes de esto sirvió cuatro años como directora de ministerios con niños y jóvenes en la iglesia episcopal St. Mary’s, High Point, Carolina del Norte. Publicado originalmente en Building Faith: A ministry of Virginia Theological Seminary,