Una nueva y gran Acción de Gracias para el Domingo Laico

Foto por Mike DuBose, UMNS.
Foto por Mike DuBose, UMNS.

El presente formato de la Gran Acción de Gracias incluye oraciones para la iglesia y el mundo, que pueden ser dirigidas por laicos que ayudan (al presbítero, pastor local nombrado, o ministro comisionado que está en el proceso de la ordenación) a oficiar durante la Cena del Señor como se indica más abajo.

Oficiante: Que el Señor esté con todos ustedes.
Pueblo: Y contigo también.

El oficiante puede levantar sus manos para animar al pueblo que lo haga también.

Oficiante: Levantemos el corazón.
Pueblo: Lo levantamos al Señor.
Oficiante: Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Pueblo: Es justo alabarle y darle gracias.

El oficiante continúa con una oración a Dios:

Bendito seas, oh Padre/Dios Todopoderoso, quien con tu Palabra y Santo Espíritu creaste todas las cosas y a toda la gente, y dijiste que era bueno.
Bendito eres tú, oh Dios, por los siglos de los siglos.
Digno eres tú, oh Dios, que liberas a tu pueblo del cautiverio y de la muerte, y pactas para hacernos la luz de las naciones.
Digno eres tú, oh Dios, por los siglos de los siglos.
Santo eres tú, oh Dios, que has demostrado compasión inagotable para todos los seres humanos, perdonando nuestros pecados, y restaurándonos al camino de la justicia e integridad, como los santos y ángeles y toda la compañía del cielo lo proclaman continuamente:

El oficiante baja las manos.

Santo, santo, santo, Señor Dios Todopoderoso,
ti gloria llena el cielo y la tierra.
Hosanna en las alturas.
Bendito es quien viene en el nombre del Señor.
Hosanna en las alturas.

El oficiante levanta las manos.

Bendito, digno y santo eres tú,
Dios revelado a nosotros en Jesucristo, la Palabra hecha carne
que vino a morar entre nosotros.
Proclamó las buenas nuevas de la venida de tu reino y la segunda venida
sanando a los enfermos,
alimentando a los hambrientos,
comiendo con los pecadores,
limpiando a los inmundos,
y librando al pueblo de la esclavitud
del mal, el quebrantamiento y la muerte.

El oficiante puede tomarse de las manos, poner sus manos sobre el pan o tocar el pan o levantar el pan.

La noche en que fue traicionado,
Jesús tomó pan, y después de dar gracias, lo partió,
y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomen, coman, esto es mi cuerpo que por ustedes es dado.
Hagan esto en memoria de mí.

El oficiante puede tomarse de las manos, poner sus manos sobre la copa o tocar la copa o levantar la copa.

Después de la cena, Jesús tomó la copa,
dio gracias y la dio a sus discípulos, diciendo:
Beban de ella todos,
porque es mi sangre del nuevo pacto,
derramada por todos para el perdón de los pecados.
Hagan esto cuantas veces la beban en memoria de mí.

El oficiante puede levantar las manos

En su sufrimiento y muerte
tomaste sobre ti mismo nuestro pecado y muerte
y destruiste su poder para siempre.
Levantaste de los muertos a este mismo Jesús,
quien subió al cielo y reina contigo en gloria,
y derramaste sobre nosotros tu Santo Espíritu,
para darnos poder por medio de muchos dones
y nutrirnos para ser tu pueblo,
reunidos de cada nación
para la vida del mundo.
Por tanto, en memoria de estos poderosos actos realizados en Jesucristo,
nos ofrecemos en alabanza y acción de gracias
como sacrificio santo y vivo,
junto con la ofrenda de Cristo por nosotros,
al proclamar el misterio de la fe.
Cristo ha muerto. Cristo ha resucitado. Cristo volverá otra vez.
Derrama tu Espíritu Santo en nosotros aquí reunidos,
y en estos dones del pan y el vino.
Que sean para nosotros el cuerpo y la sangre de Cristo,
para que nosotros seamos para el mundo el cuerpo de Cristo,
redimidos por su sangre.
Y habiéndonos unido a tu Hijo y unos con otros en su sacrificio,
escucha nuestras oraciones, las oraciones de tu pueblo:

Líder laico 1: Pedimos por nuestra unidad y la unidad de toda tu iglesia en tu misión de hacer discípulos de Jesucristo para la transformación del mundo.

Pueblo: Escúchanos, oh Dios.

Líder laico 2: Pedimos por los líderes en toda área de nuestra vida común –villas, pueblos, estados, naciones, corporaciones y asociaciones internacionales– para que haya paz y justicia para todo el mundo.

Pueblo: Escúchanos, oh Dios.

Líder laico 3: Pedimos por la tierra a fin de que seamos una inspiración para otros para que todos seamos buenos administradores de los dones de tu creación. Pueblo: Escúchanos, oh Dios.

Líder laico 4: Pedimos por todos los que necesitan tu sanidad y liberación de enfermedades físicas o mentales, de aislamiento, privación, violencia y cualquier forma de opresión.

Pueblo: Escúchanos, oh Dios.

Oficiante:

Escúchanos, oh Señor, y continúa haciéndonos uno
hasta que Cristo vuelva para la victoria final
y para que hagamos fiesta en el banquete celestial.
Por medio de Cristo, con Cristo y en Cristo,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y gloria son tuyas, Dios Todopoderoso, ahora y para siempre.
Amén.


Este recurso originalmente fue publicado en inglés por la Junta General de Ministerios de Discipulado. Traducción por Humberto Casanova. Contacto: recursosmetodistasunidos@umcom.org.

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