Acabemos con el racismo

Una oración por el Mes de la Herencia Afroamericana

Compartimos con usted esta oración, en la esperanza de que pueda ser una bendición durante sus reflexiones de este mes (cuando se inicia la cuaresma).

Querido Dios: Cuando la crueldad humana muestra su lado más oscuro, tú has sostenido a tu pueblo y has hecho posible que los/as afroamericanos/as hayamo podido sobrevivir a la travesía del Atlántico, cadenas, grilletes,  subastas, trabajos forzados y azotes. Tú has quebrantado los corazones de muchos/as que trabajaron en secreto en nuestro favor. Tú pusiste nuestras frentes en alto con el mensaje de que Dios reivindica al/la oprimido/a y libera al/a cautivo/a.  Tú has fortalecido nuestras manos para luchar por la justicia y la libertad.

Damos gracias por los testigos que nos han precedido: Harry Hosier y la tía Betty, Harriet Tubman y Frederick Douglass, Charles Tindley y Mary McLeod Bethune, Martin Luther King Jr. y Rosa Parks.

Estos hombres y mujeres, y otros innumerables, lucharon en medio de una gran fatiga, sin embargo, mantuvieron la fe y se convirtieron en la levadura con la que nos levantamos y prosperamos. Como sus descendientes espirituales nosotros también, hemos sido formados a tu imagen, llevando las estrellas en los ojos, la luna en nuestros corazones y el cosmos en cada suspiro.

Nos tocaste con bondad y la belleza. Sin embargo, nos resistimos a tu toque y procuramos hacerlo nosotros/as mismo/as. Así que nos hemos convertido en seres sin compasión por la codicia, cegados/as por las injusticias, consumidos/as por el dolor. Pero, una y otra vez, envías tu Espíritu para renovarnos y renovar a tu creación, para juntar nuestras heridas y convertir nuestra angustia en una nueva esperanza que nos haga proclamar ¡Aleluyas!

Eterno Dios, te damos gracias por todo lo que nos has dado a través de los siglos. Te damos gracias por todos los/as que han ido delante de nosotros/as y los/as que nos seguirán. Agradecidos/as de que hoy podemos estar  en este mundo en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, amén.

 

Para conmemorar el mes de la herencia afroamericana, el Obispo Forrest Stith escribió esta oración, en el marco de la celebración del sacramento de la Cena del Señor en la Iglesia Metodista Unida de Asbury en Washington, el 1 de febrero de 2015.

*Traducción y adaptación: Rev. Gustavo Vasquez

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